Siendo mamá de una chiquita de 8 años, descubrí mi camino y pasión por la enseñanza a través de la maternidad y mi mayor motivación y lo que me inspiró a crear Colibrí ha sido mi hija y los niños que siempre han despertado la esperanza en mí, poder acompañarlos y servirlos es un sueño hecho realidad, por eso me apasiona la educación porque estoy segura que es un camino para construir un mundo de paz.
Pensando en la educación de mi hija
Cuando mi hija tenía 4 años empecé a pensar en su educación y a pensar qué era lo que quería para ella, en esta edad lo más importante era que estuviera feliz, pero en mi experiencia durante la escolarización tradicional no me sentí feliz, me sentí estresada, asustada, con ganas de quedarme en mi casa y lloraba cada vez que se podía para no ir al colegio, y definitivamente eso no era lo que quería para mi hija, esa razón me motivó a investigar y a estudiar; empecé por el funcionamiento del cerebro de los niños, su desarrollo, comprender cuales son las necesidades básicas que tenemos los mamíferos en nuestra etapa de crecimiento.
Me certifique como guía Montessori, estudie la filosofía Reggio Emilia, y estudio actualmente la pedagogía Waldorf, además de mi profesión como maestra de educación primaria
A pesar de mis conocimientos, he de reconocer que el camino de la maternidad ha sido lo que realmente me ha preparado, ya que cambió mi forma de ver el mundo y poco a poco he visto más la necesidad de crear espacios que estén centrados en el niño.
Una niñez acelerada
Vivimos en una sociedad donde los niños crecen adaptándose a las necesidades adultas, se acelera y empuja su crecimiento porque todo va tan deprisa, pero la niñez no es una etapa que se deba acelerar, ya que es la base de nuestra vida adulta, todo lo que nos pasa de niños, lo que aprendemos o no, lo que experimentamos o no, todo lo vamos a desplegar en la adultez, por eso es tan importante que tengamos cimientos fuertes para que independientemente de las situaciones externas de la vida, tengamos la fuerza de vencer nuestros miedos, la valentía de pensar por fuera de la caja y seamos capaces de encontrar nuevas soluciones y perspectivas a los problemas cotidianos.
Mi meta es acompañar a los niños en su crecimiento y ayudarlos a ver el mundo como un lugar lleno de posibilidades.
0 comentarios